miércoles, 3 de diciembre de 2008
Aceptar al otro, es tenerle fe; respetar sus tiempos, sus espacios; entender sus silencios y esperar sus señales. Para aceptar primero hay que conocer lo que se ve del otro y lo que no se ve, y así puedo decir te conozco, y porque te conozco te elijo, y porque te elijo te acepto, y porque me aceptas soy feliz.También acepto la sorpresa, porque siendo dos al volver a casa, ya no encontraré todo como lo dejé, habrá otro, con su mundo, un mundo que engrandece el mío.Hay que saber cual es el debe y el haber. Aceptar al otro, es aceptar lo mejor de nosotros mismos, porque quien nos elige, nos devuelve puro amor, amor por amor, y a semejante amor por supuesto le digo: si, acepto.
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